Había una vez una niña
que creía en cuentos de hadas.
Había una vez una joven
que le gustaba escribir y sentir que el día no era día
y que la noche era infinita.
Había una vez una mujer
que quiso volver a creer en cuentos de hadas
y quiso volver a escribir
para que la noche y el día se encuentren juntos
en la vida infinita.
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